Síndrome de
Googleo Insomne

Del 29.09 al 03.11

Curaduría Luciana Belbey

Lucía Harari

ACERCA
       DE

Síndrome de googleo insomne

 

Lucía Harari

Del 29.09 al 03.11

Curaduría Luciana Belbey

 

Documentalismo Surrealista.

Historia natural, digital y onírica.

La complejidad y la aceleración de los procesos desafían el pensamiento crítico en busca de respuestas, pero cabe quizás a la imaginación artística correr el velo y atisbar configuraciones todavía inaccesibles a otros lenguajes. El arte casi por definición vuelve visible lo que no se ve […] .




La presente exhibición reúne un conjunto de obras de Lucía Harari que comprende pinturas, videos y fotografías. Si bien la mayoría de éstas han sido realizadas en el último año, también se presentan piezas creadas con anterioridad, dado que dialogan con los ejes y temas propuestos para esta selección. Estas producciones pueden comprenderse como parte de tres grandes fuentes de interés e investigación: lo natural, lo onírico y lo digital. Disparadores que le brindan a la artista un amplio y nutrido repertorio a la hora de abordar sus propuestas y que, luego, dado su interés en conceptualizar sus procesos creativos, investiga con rigurosidad hasta dar con aquellos tópicos y conceptos que la interpelan. En este proceso se presenta ante la artista una especie de “nube de ideas” de la que selecciona aquellas con mayor riqueza conceptual para materializarlas, así, en el medio y lenguaje que le resulte más eficaz. Si bien la pintura sigue siendo un lugar privilegiado para su práctica, el video, es un recurso que le posibilita indagar en una superposición de códigos que enriquecen su universo discursivo. A su vez, le permite profundizar su “mirada documentalista” acerca de lo que la rodea. Como novedad introduce fotografías de pequeño formato que funcionan como fusibles, irrumpen y, en cierto modo, dislocan las principales líneas de abordaje, pero también condensan muchos sentidos que pivotean por varias obras de la muestra. 

Estos tres universos, aunque a priori puedan parecer por completo inconexos, la artista logra unirlos y generar una amplia red de conceptos e imágenes que se relacionan entre sí. A su vez, estas operaciones metalingüísticas generan puentes entre los diversos códigos de los cuales Harari se sirve para producir. Un tópico que la artista desarrolla desde siempre es reflexionar acerca de la relación que tenemos con lo natural en nuestra vida cotidiana. Está interesada en representaciones que den cuenta tanto de la idea de hábitat natural en sí, como en los cruces (a veces, nada gratos) que lo natural tiene con lo urbano y, a la inversa, la intromisión de la mano del hombre en el entorno natural. La mirada de Harari se detiene en las tensiones que se producen tanto en la convivencia o domesticidad que desarrollamos con los elementos naturales, a la vez que, captura sagazmente momentos de profunda resistencia de la naturaleza sobre los espacios urbanos. Asimismo, investiga y reflexiona acerca de los modos en que lo natural circula por los medios masivos de comunicación, internet y las redes sociales. Se interroga acerca de la mediatización de ciertas experiencias relacionadas con la idea de lo sublime, y se pregunta si puede aprehenderse hoy un tipo de experiencia similar a partir de los dispositivos tecnológicos que tenemos a la mano.

Otras de las temáticas largamente exploradas por la artista tiene que ver con nuestra relación con lo digital y con la irrupción, cada vez más evidente, de la tecnología en nuestra vida diaria. Nuestros consumos totalmente atravesados por las pantallas, la inteligencia artificial, y nuestro modo de relacionarnos prácticamente con todo lo que nos rodea a partir de la utilización de internet, y principalmente con el motor de búsqueda más utilizado a nivel mundial. Como sostiene Boris Groys: “Hoy en día mantenemos un diálogo con el mundo a través de Internet. Si queremos preguntarle algo al mundo actuamos como usuarios de Internet. Y si queremos contestar las preguntas que el mundo nos hace, actuamos como proveedores de contenidos. […] Google es la primera máquina filosófica conocida que regula nuestro diálogo con el mundo sustituyendo “vagos” presupuestos metafísicos e ideológicos con reglas de acceso estrictamente formalizadas y universalmente aplicables. Como queda demostrado en las obras presentes en esta selección, la reflexión acerca de nuestra permanente utilización de Google y herramientas digitales similares, es un gran hilo conductor entre las distintas propuestas artísticas de la muestra. 

El salir a la calle con la cámara de su celular siempre “a la mano” es una operación habitual en Harari, de este modo captura rápidamente, tanto en foto como en video, aquellos elementos o situaciones que resultan dislocados, fuera de sitio, que escapan a lo habitual y a lo ordinario. Una mirada que se relaciona con el interés de la artista por las prácticas y metodologías surrealistas, y que se evidencia con mucha más contundencia y claridad en su cuerpo de obra ligada a lo onírico. Estos encuentros con lo fortuito y lo inesperado, se traslada ahora a la selección de noticias que irrumpen en la maraña de información con la que se encuentra cuando investiga en internet. Aparecen así, guiños cargados de humor e ironía, obras que se basan en estas crónicas poco habituales, y que resultan bizarras o absurdas. Podría decirse que, dentro de la red de imágenes presentes en la muestra, cumplen una función discursiva similar a la que los memes tienen en su circulación diaria por las redes sociales. Puesto que también aportan una mirada irónica y humorística sobre ciertos temas de actualidad. 

Para Harari lo onírico, es un fértil campo de investigación y realización artística. Los sueños, tanto propios como ajenos, son una fuente inagotable de referencias para su práctica. Es, asimismo, un territorio en el que desarrolla una narrativa comunitaria y relacional. Desde hace varios años recopila experiencias de soñantes que luego materializa en distintos proyectos. Durante el período de aislamiento a causa de la pandemia la artista retoma esta práctica y la profundiza. En aquel entonces comienza Sueños en cuarentena, proyecto que compila relatos en audio y dibujos de voluntarios que compartieron sus visiones oníricas. De este archivo se desprendieron una serie de pinturas (algunas con códigos QR pintados) y una trilogía de videos. Algunos de estos sueños llamaron poderosamente su atención, dado que en muchos se hacía alusión a elefantes. Las noticias de aquel momento mostraban jabalíes, zorros, ciervos y otras especies de animales salvajes que “tomaban” las calles de las ciudades más importantes del mundo, pero nada se decía aún en relación a la aparición de paquidermos. 

A inicios de 2021, investigando en Internet da con la extraordinaria noticia sobre una manada de 15 elefantes que migraba, “sin rumbo aparente”, hacia el norte de China. En paralelo se topa con el desafortunado evento de la “misteriosa” muerte masiva de más de 400 elefantes en Botsuana. Estos datos la impulsaron a desarrollar una larga investigación de la que derivan una serie de pinturas, fotografías y una video-instalación, que funciona a modo de cierre de la exhibición. Además de seguir de cerca ambas historias para conocer las causas y los desenlaces, respectivos, lo que la hizo volver a revisar su archivo de sueños, era la temporalidad de los mismos. Ambas noticias se dieron a conocer casi un año más tarde, y lo que causó en Harari un asombro aún mayor, es enterarse que los “elefantes errantes” llevaban ya varios meses de peregrinación. Hoy se sabe que se movilizaron más de 500 km en un viaje que duró casi 17 meses. Las preguntas iniciales en relación a los “sueños en cuarentena” tenían que ver con qué tanto interferían en nuestras visiones oníricas, más allá de las propias experiencias diurnas de los soñantes, las noticias, las informaciones que vemos, y los consumos digitales que se habían exacerbado durante el período de aislamiento preventivo. Pero ahora, a la luz de los hechos en relación a los paquidermos, la pregunta que se instala es acerca de la posibilidad del sueño de convertirse en una especie presagio: ¿tienen los sueños una potencia oracular? se pregunta la artista. 

Del mismo modo, ¿podemos pensar en Google como en una especie de “máquina oracular”? Le preguntamos aquello que queremos saber, y también, dada su “inteligencia artificial” tiene la capacidad de predecir lo que ¿necesitamos encontrar? Cuando la artista estaba en pleno desarrollo de muchas de las obras que forman parte de la exhibición, se propuso desarrollar una propia metodología, a la luz de las que desarrollaran a inicios del siglo pasado los surrealistas, y también a partir de un interés largamente explorado por Harari acerca del dormir, no sólo del soñar. El ejercicio consistía en adoptar una serie de operaciones para poder recoger en su estado más puro y límpido sus propios sueños. Es por eso que durante un tiempo implementó el “sueño bifásico”, se obligaba despertar en medio de la noche, y antes siquiera de estar completamente lúcida googleaba aquellas ideas e imágenes que protagonizaban sus visiones oníricas, de ahí el título de la muestra. A partir de este Googleo insomne, se fueron construyendo e hilvanando muchas de las obras que aquí podemos apreciar.

 

Luciana García Belbey

Agosto de 2022

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