COMO AGUA SOBRE PIEDRA. ECOPOÉTICAS DEL AMBIENTE

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Josefina Robirosa y Nicolás García Uriburu

Curador Daniel Fischer

Del 14.11 al 13.12

Como agua sobre piedra. Ecopoéticas del ambiente

La muestra reúne una selección de pinturas, dibujos y esculturas de ambos referentes del arte argentino, quienes a lo largo de sus trayectorias exploraron la relación entre naturaleza, ciudad e identidad humana mediante técnicas y materialidades innovadoras para su época. La exposición profundiza en la conexión entre el ser humano y su entorno, y en las tensiones entre lo orgánico y lo artificial, lo frágil y lo transitorio, destacando la importancia de una mayor conciencia ambiental y social.

“El título de la exposición enfatiza la conexión entre la naturaleza, la creación artística y lo humano, pulsando inmediatamente la cita a un pasaje de un poema de Alejandra Pizarnik. Quien conozca su literatura, podrá pensar en cómo la autora puede «mostrar» lo que a veces le parece «innombrable». Luego, Ecopoéticas del ambiente, es un término que combina «ecología» y «poética», refiriéndose a la intersección entre la relación humana con el entorno natural y la expresión artística”, destaca Fischer. 

Oda pone foco en artistas con preocupaciones, estéticas y poéticas vinculadas a la naturaleza, al medio ambiente, y a cómo el hombre se vincula con su entorno natural y cultural. “Esta exposición reúne la Serie de los bosques de Josefina Robirosa, con tramas que parecen nidos y donde, por momentos, aparecen  pequeños focos de fuego esparcidos, exhibiendo una belleza y una exuberancia desbordante, como si se tratara de un llamado de atención a preservarlos. Por otro lado, la serie Víctimas y victimarios de Nicolás García Uriburu (muebles en color verde brillante atravesados por hachas y sierras) es en cambio una clara denuncia de aquel mueble que dejó de ser árbol por la intervención del hombre”, comenta Laura San Martín, directora de la galería, en función de las obras elegidas para esta muestra.

Texto Curatorial

COMO AGUA SOBRE PIEDRA
Ecopoéticas del ambiente.

COMO AGUA SOBRE UNA PIEDRA
a quien retorna en busca de su antiguo buscar
la noche se le cierra como agua sobre una piedra
como aire sobre un pájaro
como se cierran dos cuerpos al amarse
Alejandra Pizarnik


Ernst Haeckel fue un pionero en el campo de la biología y la ecología, y su influencia se extiende mucho más allá de los confines académicos. Su concepto de «ecología», acuñado en el siglo XIX, estableció las bases para nuestra comprensión moderna de la interdependencia de los seres vivos y su entorno. Haeckel defendió, a diferencia de otros, una visión holística de la naturaleza, en la que todas las formas de vida están interconectadas en una red compleja y delicada.

Esta exposición busca explorar y desentrañar esos fascinantes diálogos que surgen entre la pintura, los dibujos, los objetos y las intervenciones, con un énfasis especial en la conciencia medioambiental y la preocupación por la naturaleza, encarnados en la trayectoria de estos dos artistas argentinos: Josefina Robirosa, pintora dibujante y muralista y Nicolás García Uriburu Artista, arquitecto, militante ecológico.
Con un ferviente símbolo de conexión, estos artistas abrazan la naturaleza y hacen de su camino artístico una “llamada” emocional y un activismo espiritual ante la cultura cortoplacista, mucho antes de que esta preocupación estuviera en la agenda de muchos.


La selección de obras en esta sala, apunta a mostrar trabajos que involucran una relación estrecha e íntima con el pensamiento del arte medioambiental o arte verde. Este es un arte que denuncia las acciones que degradan nuestro entorno y la falta de conciencia sobre la vida y los derechos de los seres con los que coexistimos como «Víctimas y victimarios», «Víctimas y memoria» de 1997 de Uriburu, o «Todos los fuegos y el fuego I» o de la serie señales, serie de los 90 de Robirosa.
Por otra parte, ambas propuestas instituyen una sabia micropolítica de las relaciones fundacionales: las de nuestro entorno inmediato, nuestra relación con lo otro —lo que parece ajeno— y un espacio bañado de una intensidad luminosa, expansiva, en las formas, las figuraciones, la geometría y el color, que buscan, de algún modo, redefinir el espacio de soledad y violencia, que se conforma a partir de una comprensión específica de lo incorpóreo, ontológicamente hablando. En otras palabras, se trata de un cúmulo de acontecimientos que constituye el espacio filosófico de toda experiencia humana y medioambiental bajo la lupa de pensar el ser y el estar.


Desde sus propias posiciones que gobiernan las obras, Josefina, con sus paisajes límbicos y misteriosos llenos de una libido boscosa y una fertilidad humana, y Nicolás, con sus paisajes poéticos que quieren volver a ser paisaje, nos siguen recordando que somos guardianes de este planeta, con la responsabilidad de proteger y preservar su frágil equilibrio. Nos inspiran a reflexionar sobre nuestro papel en la creación de un futuro sostenible, donde la armonía entre la humanidad y la naturaleza sea la piedra angular de nuestra existencia, no como un estatuto separado, sino como un vínculo de amor.


Daniel Fischer




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